jueves, 13 de junio de 2013

Apuntes módulo 4: Bases genéticas de la conducta

He aquí la última tanda de apuntes, como bien expresa el título de la entrada, estos corresponden a los apartados del módulo 4 que entraran en el examen. Mucha suerte a todos con las pruebas!


Alteraciones cromosómicas y de conducta

Introducción

Definición cromosomopatías: Las anomalías cromosómicas (cromosomopatías) son mutaciones en el material genético que, en general, implican grandes zonas del cromosoma. Pueden afectar al número o a la estructura de los cromosomas. Su efecto en el fenotipo es consecuencia del desequilibrio genético.

Aunque las cromosomopatías son bastante frecuentes, la mayoría acaban en aborto espontáneo porque el útero, por un mecanismo de selección natural, elimina los embriones anómalos.

La frecuencia de las alteraciones cromosómicas entre los embarazos que llegan a término varía entre los diferentes estudios, pero se suele estimar en un caso por cada cien nacimientos. Entre los sujetos con cromosomopatías, los que sobreviven frecuentemente presentan retraso mental. De hecho, la alteración en el número de cromosomas es la causa genética más frecuente de retraso mental, mucho más que la debida a un solo gen. También son frecuentes las alteraciones cognitivas y/o conductuales específicas.

La mayoría de las anomalías cromosómicas que originan estas alteraciones fenotípicas son las que incluyen un autosoma extra entero. La pérdida de un cromosoma entero en general no es causa de retraso mental porque son anomalías tan graves que causan abortos espontáneos. Aun así, las pérdidas (déficit) de partes de cromosoma también pueden causar este efecto.

Aborto espontáneo

Se estima que hasta un 50% del total de los óvulos fecundados muere y se pierde, son abortados espontáneamente, usualmente antes de que la mujer se percate de que está embarazada. Entre los embarazos reconocidos como tales, el aborto espontáneo ocurre aproximadamente en un 10% de los casos y, generalmente, se presenta entre las siete y las doce semanas de gestación. Un porcentaje importante de estos abortos espontáneos sucede porque el embrión o feto tiene una alteración cromosómica.

DOS TIPOS DE ALTERACIONES CROMOSÓMICAS

Anomalias en el número de cromosomas

Las anomalías en el número de cromosomas son consideradas hechos esporádicos con una recurrencia baja y constante entre las diferentes poblaciones.

Son las alteraciones cromosómicas que afectan al número, bien sea por exceso o defecto de cromosomas de un solo par (aneuploidías), bien sea por exceso de una o más dotaciones completas de cromosomas (poliploidías). Las aneuploidías son las más frecuentes y es en ellas donde centraremos nuestra atención.

Anomalías estructurales

Las anomalías estructurales en los cromosomas pueden ser causadas por agentes ambientales y, posteriormente, transmitidas en sucesivas generaciones, lo cual quiere decir que se pueden acumular en determinadas poblaciones.
Las anomalías cromosómicas estructurales son mutaciones que afectan a la estructura del cromosoma. Se originan cuando se reparan erróneamente roturas cromosómicas.
La gravedad de los efectos dependerá del tamaño del fragmento afectado y de los genes implicados en él. No todas las anomalías estructurales producen efecto en el fenotipo.


ANEUPLOIDÍAS

La aneuploidía es la condición en la cual el organismo tiene un número de cromosomas que no es múltiple exacto del número haploide, que en el caso de los humanos es de 23.
Es mucho más grave un déficit que un exceso de cromosomas, y son mucho más graves las cromosomopatías autosómicas que las gonosómicas.
La mayoría de personas nacemos con 23 pares de cromosomas en cada una de nuestras células (células euploides) excepto en las células sexuales –los óvulos y los espermatozoides–, que tienen la mitad, 23 cromosomas. Sin embargo, algunos individuos tienen más –y en algún caso menos– de 46 cromosomas en sus células. Presentan una aneuploidía.

MONOSOMÍA: hereda un cromosoma en vez de dos.

TRISOMÍA: hereda tres cromosomes en lugar de dos.

TETRASOMÍA: heredar cuatro cromosomas en vez de dos.

Y así sucesivamente...

NULISOMÍA: es la carència de cromosomes de un par concreto.

POLIPLOIDÍAS

Es la condición por la que un organismo presenta una o más dotaciones de cromosomas en exceso. Afecta, por lo tanto, a todos los pares de cromosomas, no a un cromosoma en concreto.

TRIPLOIDÍA

La más frecuente, (3n = 69 cromosomas), provoca aborto espontáneo por el gran desequilibrio genético que representa (existen muy pocos casos de triploides que hayan nacido vivos).

La causa más conocida de las triploidías es el fallo del ovocito fecundado en impedir la penetración de otro espermatozoide, lo cual generará un cigoto con tres dotaciones cromosómicas (3n).






DELECIÓN O MONOSOMÍA PARCIAL:
Ausencia de un segmento de un cromosoma. Es el tipo de anomalía estructural que tiene más efectos en el fenotipo (ver la parte A de la figura siguiente).

DUPLICACIÓN O TRISOMÍA PARCIAL:
Existencia de una copia adicional de parte de un cromosoma. En general, es menos grave que la deleción.

TRANSLOCACIÓN:
Transferencia de segmentos de cromosomas tras las correspondientes roturas. Las que implican transferencia recíproca de material genético entre dos cromosomas no homólogos, son denominadas translocaciones recíprocas. Los individuos con una translocación equilibrada, es decir, los que aun teniendo la anomalía estructural, no les falta ni les sobra material genético, no están afectados fenotípicamente. Ahora bien, un portador de una translocación equilibrada puede tener descendientes con exceso o defecto de material genético.

Una de las más frecuentes es la que se da entre los dos cromosomas del par 21, lo que generará cigotos monosómicos, que no llegarán a desarrollarse, y cigotos con el síndrome de Down por translocación. Los efectos fenotípicos de las translocaciones no equilibradas dependerán, obviamente, de la cantidad de material cromosómico en exceso o defecto, pero sobre todo de la función de los genes implicados.

Gametos y cigotos resultantes de una individuo portador de una translocación equilibrada. Explica uno de los posibles orígenes del Síndrome de Down.

MICRODELECIÓN:
Es un caso de deleción en el que el déficit de material genético es muy pequeño, es decir, son uno o pocos los genes que faltan. El síndrome de Prader-Willi, el de Angelman y el de Williams presentan características conductuales que son causadas, en la mayoría de casos, por microdeleciones en un cromosoma. Pueden ser estudiadas como anomalías cromosómicas o como enfermedades monogénicas (si la deleción afecta a un solo gen).

OTRO TIPO DE ALTERACIÓN CROMOSÓMICA: DISOMÍAS UNIPARENTALES

Cuando una persona recibe los dos cromosomas de un par (o dos copias de una parte de un cromosoma o de un gen concreto) de un mismo progenitor y ninguno del otro presenta una disomía uniparental.

Puede suceder durante la formación del óvulo o del espermatozoide, o bien durante las primeras etapas de desarrollo del embrión.

Cuando a partir de un cigoto anormal (generalmente una trisomía) se pierde uno de los cromosomas triplicados, en una de las primeras divisiones mitóticas del embrión, da lugar a un individuo mosaico con una línea celular diploide (46 cromosomas) y otra trisómica (47 cromosomas). Según cual sea el cromosoma que se pierde, las células resultantes de las sucesivas mitosis pueden tener un cromosoma de cada progenitor o los dos cromosomas del mismo progenitor. En este último caso es cuando hablamos de disomía.

El fenómeno de la disomía está relacionado con el de impronta genómica, dando lugar a síndromes fenotípicamente muy diferentes según el origen paterno o materno del cromosoma que presenta la disomía. El síndrome de Prader Willi y el de Angelman son un ejemplo claro de esta relación. En estos síndromes, se observó por primera vez que una disomía en una región cromosómica con impronta tenía consecuencias muy diferentes para el afectado de esta alteración cromosómica, según la disomía fuera de origen paterno o materno. Los dos síndromes son causados por una microdeleción en la misma región del cromosoma 15: cuando esta deleción proviene del espermatozoide, aparece el síndrome de Prader-Willi, y cuando proviene del óvulo se produce el síndrome de Angelman.

Disomía

El primer caso de disomía en humanos se describió en 1988, en un niño afectado por fibrosis quística y talla baja. Posteriormente, se han descrito otras enfermedades causadas por disomía uniparental de uno o varios genes o incluso de cromosomas enteros.

Observación

A veces (concretamente, cuando falla la meiosis II) puede conllevar la manifestación de una enfermedad recesiva por el hecho de tener dos copias de uno de los cromosomas del progenitor que sólo es portador.

ALGUNAS ESTADÍSTICAS

Sabemos que en torno a un 10% de todos los espermatozoides y a un 25% de los ovocitos maduros tienen anomalías cromosómicas. Entre los recién nacidos con malformaciones, el 5,4% tienen cromosomopatías. Además, muchos de los casos de infertilidad son debidos a una anomalía cromosómica en uno de los dos miembros de la pareja. En las tablas siguientes se indica la frecuencia de las anomalías cromosómicas entre los abortos espontáneos y entre los recién nacidos, así como la frecuencia de las principales aneuploidías.

La frecuencia de gametos aneuploides (óvulos o espermatozoides con exceso o defecto de algún cromosoma) es del 3-4% en los espermatozoides, y del 18-19% en el caso de los ovocitos. Los cromosomas afectados difieren según el tipo de gametos: los cromosomas 1, el 21 y los cromosomas sexuales son los más frecuentes en aneuploidías de los espermatozoides, y el cromosoma 21 en las de los ovocitos. Entre todos los abortos espontáneos, se estima que el 35% son causados por aneuploidías. Entre los recién nacidos la incidencia es de 0,5 a 1%.

Un niño o una niña con el síndrome de Down, al tener 47 cromosomas (porque tienen tres cromosomas 21 en vez de dos) y 47 no es múltiple exacto de 23, será un caso de aneuploidía. En 1959, se describió el primer caso de alteración cromosómica y justamente fue un caso de síndrome de Down.

PRINCIPALES EFECTOS DE LAS CROMOSOPATÍAS

El efecto en el fenotipo que producen las alteraciones cromosómicas es consecuencia del desequilibrio en la dosis génica. El producto génico de las regiones cromosómicas implicadas se encontraría en exceso o en defecto y alteraría el correcto equilibrio funcional de las células (ejemplo "El Síndrome de Down").

Los desequilibrios cromosómicos pueden afectar a las características físicas y al desarrollo de los afectados (malformaciones congénitas múltiples) así como a su conducta (incluso pueden producir un importante retraso mental). Además, muchos desequilibrios cromosómicos van asociados a un riesgo más alto de alteraciones psiquiátricas. Existe mucha variabilidad fenotípica entre los individuos con un mismo síndrome cromosómico.

El efecto o las consecuencias que producen las alteraciones cromosómicas dependen fundamentalmente de lo siguiente: 
-si falta material cromosómico o sobra, 
-si la alteración se da en los autosomas o en los gonosomas, 
-del tamaño del cromosoma afectado y, finalmente, 
-de si se trata de un individuo con todas sus células afectadas por la cromosomopatía o si, por el contrario, se trata de un individuo mosaico.

Veamos cada uno de estos aspectos:

1) Son mucho más graves las monosomías (aunque sean parciales) que las trisomías, ya que el déficit de productos biológicos en el organismo es mucho más grave que su exceso, de ahí que sobrevivan las trisomías (aunque sólo las que afectan a autosomas pequeños o a cromosomas sexuales) y no las monosomías (excepto la monosomía X).

2) ¿Por qué las alteraciones que afectan a los autosomas son más graves que las que afectan a los gonosomas?

Un autosoma normal tiene una gran cantidad de genes (muchas veces del orden de miles) que controlan varias características biológicas. Su ausencia o su exceso interfieren, de forma muy grave, en la regulación génica normal, necesaria para un correcto desarrollo. Por otro lado, ya que la carencia de producto biológico (proteínas) es más grave que su exceso, las monosomías autosómicas son inviables y producen abortos espontáneos. Sólo son viables las monosomías autosómicas parciales (deleciones) y la monosomía X; ésta es viable, en algunos casos, porque la supervivencia está garantizada con la presencia de un cromosoma X, y por ello no es viable la monosomía Y.

En cuanto al exceso de cromosomas X, no es tan grave porque se inactivan todos los cromosomas X excepto uno (formando corpúsculos de Barr), tanto en hombres como en mujeres (recordad el proceso de inactivación del cromosoma X explicado en el módulo 3, apartado 1.2.1).

Aun así, la gonosomopatía presenta algunos efectos porque dicha inactivación se produce a partir del día doce de gestación; por lo tanto, en los primeros días de gestación el desequilibrio genético ha sido mucho mayor. Además, algunos de los genes del cromosoma o cromosomas X inactivados escapan a la inactivación y, en consecuencia, se mantendrán activos toda la vida, provocando alteración en la dosis génica de estos genes.

Finalmente, el cromosoma Y extra afecta poco porque, al tener pocos genes, el desequilibro génico será menor.

De la misma manera, y con respecto al retraso mental, hay muchos más casos debidos a aneuploidías en autosomas que debidos a aneuploidías en cromosomas sexuales: 6,5% y 0,4%, respectivamente.

3) En cuanto al tamaño del cromosoma afectado, a mayor tamaño del cromosoma alterado, más grave es el desequilibrio génico y, por tanto, su repercusión en el fenotipo.

Dado que la numeración de los cromosomas está en función de su tamaño (cuanto más bajo es el número más grande es éste) no se encuentran trisomías de cromosomas grandes entre los afectados trisómicos que sobreviven. Esto es así porque dada la magnitud del desequilibrio genético, se produce un aborto espontáneo. En cambio sí se encuentran entre los recién nacidos trisomías de los cromosomas pequeños (13, 18 y 21). Obviamente, entre éstas, es mucho más grave la trisomía 13 –síndrome de Patau– que la trisomía 21 –síndrome de Down–, ya que el tamaño del cromosoma 13, y por tanto el número de genes, es mayor que el del cromosoma 21.

4) Cuando un organismo tiene dos o más líneas celulares con complementos cromosómicos diferentes se denomina mosaico. La existencia de mosaicos es uno de los factores que explican el diferente grado de afectación que podemos observar entre diferentes individuos afectados por la misma alteración cromosómica.

Por ejemplo, un niño o niña con el síndrome de Down si es un mosaico puede tener una línea celular afectada y otra normal. Este chico/a afectado/da no mostrará tanta afectación como el que tiene todas sus células afectadas. El primero puede tener un cierto retraso mental, así como otras alteraciones, pero mucho menos que el segundo. Esto explica por qué puede haber afectados del síndrome de Down que sean capaces de seguir determinados estudios, a diferencia de los afectados que no son mosaicos (que tienen todas sus células afectadas por la trisomía 21). Ello nos obliga a ser muy cautos y claros para no generar falsas expectativas a los afectados o a sus familiares.

Desequilibrios

Los desequilibrios en el número de autosomas afectan gravemente al desarrollo intelectual –provocando retrasos mentales muy profundos– y a la conducta. Esto es así porque el cerebro es el órgano más vulnerable a los efectos deletéreos de las aneuploidías autosómicas. Por lo tanto, no es extraño que en todas las aneuploidías autosómicas viables se presente deficiencia mental, más o menos grave. Los afectados tienen un menor número de neuronas, menos arborización dendrítica y cerebros más pequeños. En cambio, los desequilibrios en el número de cromosomas sexuales afectan, fundamentalmente, la esfera sexual, aun cuando también provocan alteraciones cognitivas específicas y psiquiátricas.

ORÍGEN DE LAS PRINCIPALES CROMOSOPATÍAS

Cuando hablamos de cómo se forma una aneuploidia nos referimos a los mecanismos mediante los cuales se obtienen las células aneuploides.

Su origen es meiótico o mitótico.

Tanto la meiosis como la mitosis son dos procesos regulados de forma compleja, con lo que ofrecen multitud de blancos para la formación de aneuploidías. Normalmente, éstas aparecen por error en la meiosis materna o paterna –es decir, en el proceso de formación de las células sexuales, los óvulos y los espermatozoides–. Los mecanismos implicados difieren entre cromosomas, pero el más frecuente es la no disyunción cromosómica, ya sea en la meiosis (en la meiosis I o II del padre o de la madre) o en la mitosis del embrión o feto en formación. La pérdida cromosómica, generalmente por retraso anafásico (que afecta básicamente al cromosoma Y) es el mecanismo que provoca la mayoría de casos de monosomía X o síndrome de Turner

La no disyunción de cromátidas hermanas en la mitosis del embrión o feto dará lugar a los denominados mosaicos.

Cuando se produce este fallo en la mitosis aparece entonces una nueva línea celular con un complemento cromosómico distinto. Cuanto antes ocurra la mitosis anómala, a partir de la cual se forman células con un número anómalo de cromosomas, mayor número de células aneuploides tendrá la persona mosaico y, por tanto, mayor afectación fenotípica.

Formación de mosaicos

El mecanismo más frecuente de formación de mosaicos no es el de no disyunción en alguna de las primeras divisiones mitóticas del embrión, sino la disomía parental.

¿PORQUÉ SE ORIGINAN LAS ANEUPLOIDÍAS? FACTORES DE RIESGO

Hablar de por qué se forman las aneuploidías es hablar de los factores de riesgo (factores causales) que provocan dichas anomalías cromosómicas. Estos factores, responsables de la aparición de los mecanismos antes mencionados, son por un lado biológicos –la edad de los padres, factores genéticos de riesgo y determinadas enfermedades–, y por el otro ambientales.

FACTORES DE RIESGO BIOLÓGICOS

1) EDAD DE LOS PADRES

El riesgo de tener descendientes aneuploides aumenta, sobre todo a partir de los 35-38 años.

Generalmente, a medida que la edad de la madre –y en algunos casos del padre– es más avanzada, la meiosis se lleva a término con más dificultad y, como consecuencia, se forman gametos aneuploides.

Con la edad, la selección del útero en contra de los embriones o fetos con aneuploidías se dificulta. Ambos factores (dificultades en meiosis y selección uterina) determinan un incremento en la frecuencia de descendientes con alteraciones cromosómicas.

La edad cronológica es importante en la medida en que se corresponde con la edad fisiológica.

En ocasiones existen mujeres que siendo cronológicamente jóvenes presentan una edad fisiológica propia de edades más avanzadas. Tienen el nivel de hormonas sexuales propio de las mujeres cronológicamente mayores. Por ello tienen un alto riesgo de tener descendientes aneuploides.

Con respecto a la edad del padre, hasta ahora se conocía muy poco su influencia en la aparición de las aneuploidías. Uno de los estudios más completos ha sido llevado a cabo por un equipo de la Universitat Autònoma de Barcelona. Sobre un total de 200.000 espermatozoides de 18 donantes de entre 24 y 74 años de edad, se demostró que cuanto más avanzada era la edad mayor era la probabilidad de que sus descendientes presentaran anomalías en el número de cromosomas (sobre todo de los cromosomas sexuales) debido a un aumento de aneuploidías en su esperma. Otros estudios confirman que con la edad aumenta la frecuencia de espermatozoides tipo XY que, al fecundar el óvulo, provocarían el sindrome de Klinefelter (47, XXY) en el hijo.

La edad del padre tiene pues una incidencia, aunque menor que la edad de la madre, en el origen de las aneuplodias autosómicas. Aun así, en las gonosómicas tiene más incidencia la edad del padre que la de la madre.

El mecanismo más frecuente de formación de aneuploidías en el caso de edad avanzada es la no disyunción de las cromátidas hermanas en la meiosis II del padre y la no disyunción entre un par de autosomas en la meiosis I de la madre. Esta asociación con la edad del padre no sólo se observa en las aneuploidías sexuales sino también en las anomalías estructurales y diploidías que presentan los espermatozoides de hombres sanos.

Ovogénesis

En la ovogénesis, con la edad, puede producirse con más frecuencia un mal funcionamiento del huso acromático o defectos en el centrómero, hechos que dificultan la disyunción de los pares de cromosomas homólogos en la meiosis I o de las cromátidas hermanas en la meiosis II. Esto es así por los cambios hormonales que van apareciendo a medida que la mujer se hace mayor. Con la edad, el balance de las hormonas sexuales se altera: el coeficiente andrógenos/estrógenos va aumentando, sobre todo por la disminución de la cantidad de estrógenos.

2) HERENCIA

Con respecto a los factores genéticos de riesgo hace falta destacar que las aneuploidías o anomalias estructurales se heredan. Por lo tanto, el exceso o el defecto de cromosomas y las anomalias estructurales se transmiten a la descendencia a partir de un progenitor afectado por la alteración cromosómica.

3) ENFERMEDADES

El tercer grupo de factores biológicos de riesgo lo forman determinadas enfermedades, como la anemia, pero sobre todo algunas enfermedades crónicas: diabetes mellitus insulino-dependiente, hepertensión arterial y distiroidismo. Se ha observado una asociación de estas enfermedades con daño cromosómico.

Aneuploidía
Puede ocurrir también que un progenitor fenotípicamente normal tenga un mosaico gonadal (es decir, algunas de sus células sexuales son aneuploides y el resto normales) y, por lo tanto, también puede transmitir a su descendencia la aneuploidia. Además, haber tenido un antecedente previo de gestación con aneuploidia aumenta el riesgo de recurrencia de embarazos aneuploides. Es posible también que algún gen, entre los que controlan la meiosis, la recombinación o la segregación de los cromosomas, predispusiera a la aneuploidia. Esto haría que el mecanismo de no disyunción se diera más frecuentemente en unas familias que en otras.

4) FACTORES DE RIESGO AMBIENTALES

Hoy en día sabemos que algunos factores ambientales provocan aneuploidías o anomalías estructurales en los gametos. Entre ellos destacamos las radiaciones ionizantes, algunos fármacos (por ejemplo, en los hombres la quimioterapia y la administración crónica de diazepam), algunos tóxicos (por ejemplo pesticidas organofosforados) o drogas (por ejemplo, el exceso de alcohol, nicotina o cafeína).

Estos factores de riesgo tanto biológicos como ambientales serian la causa que el proceso meiótico o mitótico no fuera el correcto, y por lo tanto serian los responsables principales de la aparición de aneuploidías.

Conocer los factores de riesgo y los mecanismos de formación de las aneuploidías es importante para poder hacer la prevención mediante consejo genético.

Riesgo de abortos y anomalías

Estudios recientes han evidenciado una asociación entre el exceso de consumo de alcohol, de nicotina o de cafeína con el aumento del riesgo de abortos. También el hecho de vivir cerca (menos de 3 Km.) de un vertedero industrial se relaciona con más riesgo (un 40% más) de presentar anomalías cromosómicas y no cromosómicas.


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