jueves, 13 de diciembre de 2012

Los falsos recuerdos

Es posible implantar en la memoria falsos recuerdos. Es decir, cosas que creemos que ocurrieron, pero que realmente no existieron. En la película Orígen se retrata muy bien este concepto. La recomiendo.


He pensado en recoger información de varios sitios que he encontrado, haciendo una entrada que recoja varias partes de textos de otras páginas que veréis linkables más a bajo, en vez de redactar yo misma la información. De esta manera podéis acceder a la páginas originales, habiendoos informado antes de los aspectos más importantes de este fenómeno.



Un recuerdo falso es un recuerdo de un evento que no ocurrió o una distorsión de un evento que ocurrió, según se puede saber por hechos corroborables externamente. 

Se sabe que la memoria sólo es confiable hasta cierto punto, bien sea por no recordar cosas que se saben, o por recordarlas incorrectamente. La identificación por parte de testigos en casos criminales es otro ejemplo de memoria no fiable, y recientemente se han producido cambios en el procedimiento penal en algunos estados y condados de los Estados Unidos. De las primeras 130 exoneraciones por ADN, 111, es decir, casi el 78%, fueron casos de identidad confundida. La continuidad de la memoria no es garantía de verdad, y la alteración de la memoria no es garantía de falsedad.

Hay una controversia importante respecto de los recuerdos falsos. Nuestro sentido de identidad, de quiénes somos y qué hemos hecho, está vinculado con nuestros recuerdos, y puede ser inquietante que eso sea cuestionado. La amnesia, la enfermedad de Alzheimer y el trastorno por estrés postraumático son ejemplos de pérdida dramática de los recuerdos, con efectos devastadores para el enfermo y para quienes lo rodean. Los recuerdos falsos también pueden ser traumáticos para cualquiera que esté involucrado, especialmente si no hay acuerdo en que el recuerdosea falso. Las consecuencias se amplifican cuando el recuerdo en sí es chocante, como en el caso de los recuerdos de haber sufrido abuso en la infancia que salen a flote en la adultez.

Por lo tanto, en esos casos se hace imperativo no confiar solamente en la memoria, sino insistir en evidencia que pueda corroborar el hecho. Sin embargo, dicha evidencia, que puede apoyar o contradecir el recuerdo, puede no estar disponible o puede no ser definitiva. Dado que los recuerdos falsos pueden parecer tan vívidos y reales como cualquier recuerdo verdadero, se debe ir más allá para entender las formas comunes como aparecen, como errores en las filas de identificación o mala práctica terapéutica, y evitar esos errores. Por ejemplo, los estudios han mostrado que los recuerdos falsos pueden surgir a partir del efecto de información incorrecta.

Síndrome de Falso Recuerdo o Falsa Memoria (FMS): este es el término utilizado para la hipótesis que describe un estado mental en el cual un individuo tiene un alto número de recuerdos muy vívidos pero falsos, con frecuencia relacionados con abusos ocurridos durante su infancia. Esta condición se ha estudiado y los pacientes han confesado "haber fabricado enteramente historias". Sin embargo, el DSM-IV no reconoce el FMS, aunque el olvido de eventos traumáticos es uno de los muchos criterios diagnósticos para PTSD. El debate sobre el FMS se centra en gran parte sobre el tema del abuso infantil, en el cual las supuestas víctimas experimentarían disociación, lo cual causa represión del recuerdo traumático hasta otra etapa de la vida, cuando el recuerdo vuelve a la superficie bien sea naturalmente o con la ayuda de un profesional. Muchos defensores del FMS critican ambos métodos de recobro de recuerdos, argumentando que los terapeutas y los psiquiatras accidentalmente implantan dichos recuerdos falsos.

La Fundación para el Síndrome de Falso Recuerdo (FMSF) fue formada por un grupo de padres que habían sido acusados de abuso infantil, sus abogados y académicos que apoyaban la causa y que promueven la hipótesis del FMS y critican la validez de los recuerdos recobrados. Un miembro de la FMSF es la experta en memoria Elizabeth Loftus. La FMSF coopera con las organizaciones anti-pseudociencia CSICOP y La Sociedad de Escépticos (The Skeptics Society), las cuales consideran que los recuerdos recuperados son pseudociencia típica, pero especialmente peligrosa.

http://es.wikipedia.org/wiki/Falsos_recuerdos

Nuestra memoria no es una reproducción fiel de sucesos y aprendizajes pasados. En función de nuestras necesidades y apetencias presentes, y sin advertirlo, añadimos y restamos información al recuerdo. Este, que fue creado en algún momento anterior a partir de una experiencia vivida y nítida, intensamente sentida, sufre una sucesión de retoques sutiles a lo largo del tiempo, según es convocado a la experiencia consciente de cada presente, según es evocado. Cada rememoración conlleva una transformación. Puede llegar un momento en que recordemos algo que, sencillamente, no sucedió o no nunca fue aprendido. Este creativo collage adquiere un cariz siniestro si lo que recortamos sobre el fondo de un acontecimiento dramático y terrible, con la etiqueta de protagonista perpetrador, es el rostro de una persona que nada tuvo que ver con él. (Palabras de  Elisabeth Loftus). Ver en:

http://www.desdeelexilio.com/2010/01/11/falsos-recuerdos-entrevista-a-elizabeth-loftus/

Investigadores de Estados Unidos han estudiado los mecanismos de la memoria y descubierto la forma de implantar falsos recuerdos en las personas, ya sea modificando episodios personales, ya sea fabricando sucesos que nunca ocurrieron pero que se recuerdan como reales. El 25% de la población es susceptible de asumir recuerdos imaginarios, incluidos los de episodios relativos al primer año de vida, mediante recursos que desvelan lo fácil que es engañar a la memoria. (Eduardo Martínez, ver referencia más abajo).

La investigación fue realizada por un equipo dirigido por Elisabeth Loftus (ver párrafo más arriba) una de las expertas en memoria más controvertidas porque ha alertado de la fragilidad de los testimonios en los procesos judiciales debido a la facilidad con que la mente humana confunde los hechos reales con los imaginarios.
El experimento se realizó con un grupo de personas que, después de unos minutos de conversación, recordaban felices el día en que, siendo niños, Bugs Bunny los había abrazado en su visita a Disney World. Incluso sentían la piel del personaje y sonreían de pensar cómo acariciaban sus enormes orejas. Más de una tercera parte de las personas que participaron en la investigación recordaron ese momento -- que es imposible que ocurriera porque el famoso conejo no es un personaje de Disney -- después de que un científico indujera deliberadamente esa falsa memoria.

Recuerdo y sensibilidad

Los investigadores sostienen que cuando a una historia se le añaden detalles relativos al tacto, gusto, olor y oído, las posibilidades de que sea considerada real por la mente aumenta considerablemente.

Elizabeth Loftus ha analizado la experiencia de más de 20.000 personas durante 25 años y ha publicado una veintena de libros y más de 200 artículos sobre las debilidades de la memoria humana, el último de los cuales acaba de aparecer en la revista Nature.

Las personas que adoptan falsos recuerdos no son ingenuos ni enfermos, ya que el proceso forma parte de los mecanismos naturales de la memoria humana, que fabrica recuerdos a partir de la experiencia y, también, a partir de sensaciones vividas como reales.

Los detalles sensoriales son la materia prima de los recuerdos, por lo que si a una historia falsa se la impregna de sensaciones, el proceso de la memoria se perturba y la gente recuerda cosas que nunca existieron.

Un 25% de la población

Según las investigaciones de Loftus, un 25% de las personas son susceptibles de vivir procesos de falsos recuerdos debido a sugerencias externas.

Aunque los procesos cerebrales no se conocen en toda su profundidad, se considera que la memoria está “almacenada” en la corteza cerebral.

Son estímulos externos o patrones de muy baja descarga eléctrica del cerebro los que activan los recuerdos, que de esta forma afloran al consciente.

Elizabeth Loftus dice que la información penetra en la memoria un corto período de tiempo, donde puede ser olvidada o guardada por relación y con buen resultado transferida después por un largo período de tiempo a la memoria.

Memoria traicionera

La información recuperada de la memoria luego de un largo período depende de pequeños indicios que permiten a la gente revisar diferentes partes del material requerido.

Elizabeth F. Loftus considera, sin embargo, que la memoria puede ser traicionera, no sólo porque es muy fácil olvidar, sino porque la mente puede confundir escenas imaginadas con la realidad. Los recuerdos se modifican más fácilmente, por ejemplo, cuando el paso del tiempo permite que el recuerdo original se desvanezca.

Los estudios muestran incluso la forma de implantar recuerdos falsos en las personas. Más aún, demuestran que la gente puede ser conducida a recordar el pasado de formas diferente a cómo ocurrió, e incluso que pueden ser inducidas para que también "recuerden" eventos completos que nunca sucedieron.

La investigación sobre los falsos recuerdos ha ido más lejos hasta llegar a lo imposible, jugando con episodios inmediatamente posteriores al parto.

http://www.tendencias21.net/Consiguen-implantar-falsos-recuerdos-en-la-memoria-mediante-tecnicas-de-sugestion_a114.html

La preocupación es capaz de crear falsos recuerdos en la memoria
Una nueva investigación descubre los mecanismos cerebrales del circuito del miedo


Científicos norteamericanos han descubierto, a través de las imágenes de resonancia magnética funcional de los cerebros de 40 voluntarios, que no sólo los hechos emotivos que nos ocurren tienen un espacio relevante en la memoria, sino que la mera preocupación por lo que va a ocurrir se graba en el cerebro con la misma intensidad que un recuerdo negativo real, incluso antes de que ocurra. Es decir, la preocupación puede convertirse en el recuerdo de un hecho que todavía no ha ocurrido. Cuando algo nos preocupa, se activa un “circuito del miedo” que amplifica el miedo a volar o a hablar en público y condiciona así nuestros comportamientos futuros. Sin embargo, al descubrirse qué regiones del cerebro participan en esta reacción, es posible que las personas que sufren algún tipo de desorden post-traumático no se vean invadidas continuamente por recuerdos terribles de hechos que nunca han sucedido. Por Yaiza Martínez.


¿Por qué los tenemos?


La mente de cualquier ser humano puede acabar generando falsos recuerdos o distorsionando la forma en que algo ocurrió. El individuo puede estar convencido hasta el punto de defender como real una mentira construida por el propio cerebro. ¿Cómo nos traiciona nuestra memoria del pasado? En la zona blanca del cerebro se encuentran una serie de mecanismos que hacen que algunas personas sean más o menos susceptibles a la hora de construir falsos recuerdos, según indican los resultados de un estudio realizado por investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y la Universidad de Barcelona, que publica The Journal of Neuroscience.

En el estudio participaron 48 voluntarios sanos, hombres y mujeres entre 20 y 30 años. Tras someterlos a varias pruebas, comprobaron que 75% de ellos recordaba como reales falsos recuerdos. Los investigadores pudieron observar las diferencias entre las partes del cerebro de las personas que tenían más recuerdos falsos y a otras con menos, mediante una nueva técnica de diagnóstico por la imagen similar a la resonancia magnética, denominada «Diffusion Tensor Imaging».

Este tipo de estudios resulta de gran interés para valorar en los juicios las declaraciones de testigos y de víctimas. «Hay que dejar claro que no se trata de un proceso patológico, todos generamos recuerdos falsos», explica Lluis Fuentemilla, investigador del IDIBELL.

Las neuronas se comunican entre ellas mediante axones. La sustancia blanca es un conjunto de fibras nerviosas formadas por haces de axones que conectan las distintas regiones del cerebro. «La gente con recuerdos reales de mejor calidad acostumbra a tener un haz de axones mejor conectado. La hipótesis es que la gente con recuerdos reales más firmes tendrá menos falsos recuerdos», explica Fuentemilla.

El País 9/VI/09


Estudiando los mecanismos de generación y almacenaje de la memoria, dos equipos de neurocientíficos consiguieron implantar recuerdos falsos en ratones, abriendo la puerta a la posibilidad de aprender nuevas habilidades con técnicas neuroquímicas o de electricidad.

La ciencia ficción ha explorado en varias ocasiones la fantasía de implantar memorias falsas, recuerdos de experiencias no vividas y que sin embargo se evocarían con la misma certeza de aquellas que sí se experimentaron.

Pero esto, que hasta ahora era dominio exclusivo de la literatura o el cine, ha cobrado realidad cumpliéndose por lo menos en cerebros de ratones.

Estudiando los mecanismos de generación y almacenaje de la memoria, dos equipos de neurocientíficos del Instituto Tecnológico de Massachusetts y de la Universidad de California en San Diego, desarrollaron varias técnicas para crear memorias falsas e implantarlas en los roedores. Partiendo del hecho de que los recuerdos se guardan en un número sorprendentemente pequeño de células cerebrales, los investigadores pudieron controlar estas y generar “memorias sintéticas”.

Uno de los métodos para lograr esto consistió en la administración de una droga que hizo recordar a los ratones una habitación segura que no era otra más que la misma donde antes habían recibido descargas eléctricas. En otro se utilizaron pulsos de luz dirigidos directamente al órgano cerebral de los roedores.

Para los científicos este descubrimiento abre la puerta no solo para que el ser humano pueda recordar algo que nunca sucedió, sino también para que a una persona se le puedan enseñar nuevas habilidades siguiendo por medio de procedimientos neuroquímicos o eléctricos.